¿Crees que tienes un buen logo? Analiza tu identidad visual corporativa

El logo idóneo

Tener un logo adecuado es algo imprescindible para cualquier proyecto empresarial o iniciativa de carácter social, pero, aunque pueda resultar paradójico, en muchos casos se improvisa, se descarga de nuestra bien amada Internet, sin derechos de uso la mayoría de las veces, se encomienda al sobrino de alguien (¡ay!, esos sobrinos tan bien intencionados), se perpetra un Juan Palomo a lo loco… En este artículo vamos a darte las pautas imprescindibles para que no te parta el rayo de la identidad corporativa, cometiendo alguno de los despropósitos más habituales en este mundo del todo vale, en el proceso de elección de tu logotipo.

Mi logo es perfecto

“Llevo treinta años con él y nunca me ha dado problemas”. Claro, porque los problemas que te ha dado los desconoces; todo aquel que se haya desanimado al verlo nunca ha llegado a interesarse por ti. Quizá no sea una causa efecto inmediata “logo inadecuado-no eres contratado”, si tienes un buen servicio o producto y la fuerza del boca-oreja te acompaña pero… ¿crees que podrás saber todas las oportunidades de negocio que ganarías si tu identidad visual representara realmente tu buen hacer? El logo es la expresión escrita y gráfica de la marca, su entidad física, y su función es “contar” qué haces, pero también quién eres y cómo lo haces, transmitir tu filosofía corporativa, posicionarte y lograr un reconocimiento eficaz de tu marca. 

Las siete reglas para crear un buen logotipo

Desde el punto de vista formal el logo debe cumplir unas reglas básicas. Aunque hay autores que las extienden hasta catorce, nosotras las hemos limitado a siete en nuestro taller “Que viene el logo”.

 

Primera regla: un buen logo debe ser versátil 

El diseño del logo debe permitir su aplicación a todos los elementos físicos (impresos o digitales) de la institución.   

Segunda regla: un buen logo debe ser legible

Es algo de Perogrullo, ¿no? Pues hay algunos que se la saltan.

Tercera regla: un buen logo debe ser intencionado

Tenemos que valorar a quién nos dirigimos, qué le queremos transmitir y el porqué de cada elemento que vamos a incluir.

Cuarta regla: un buen logo debe ser atemporal

Un logo nunca debe seguir modas o tendencias, debe ser equilibrado en sus componentes estéticos pues su objetivo es perpetuarse.

Quinta regla: un buen logo debe ser bicolor

Cuantos menos colores usemos más facilitaremos el reconocimiento de nuestro marca. Pensad en los colores de las equipaciones deportivas, ¿cuántos colores suelen tener?

Sexta regla: un buen logo debe ser original 

Nuestro logo debe ser único, creado a medida para nuestro proyecto. Copiar logos que nos gusten o acudir a un banco de logos quizá no sea la mejor opción.

Séptima regla: un buen logo debe ser sencillo 

Un logo debe funcionar como un icono, como una señal de tráfico. Su identificación debe ser inmediata por lo que siempre menos es más.

Como ves muchas son de cajón, muy lógicas, pero sorprendentemente hay bastantes logos que no cumplen ni la mitad de ellas. También, estarán pensando los más avispados, hay logos que han triunfado saltándose alguna de estas reglas –Google tiene cuatro colores corporativos–, pero su éxito es una historia que da para otro artículo.

Por otro lado, más allá de lo formal, debe ser correcto a nivel de efectividad. ¿Traslada mis valores? ¿Representa realmente mi filosofía corporativa, el alma de mi proyecto? ¿Es un buen embajador de mi entidad o empresa?

Y, por último, no olvides registrar el nombre y logo de tu marca, incluyendo el servicio de vigilancia, para protegerlo de copias accidentales o intencionadas.

“Mi logo me gusta” vs “mi logo es eficaz”

Lo ideal es que el logo sea el adecuado y además satisfaga al promotor del proyecto en cuestión pero, puestos a elegir, es mejor para tu proyecto tener un logo eficaz que un logo que te chifle a ti. 

El sr. Nike, Phil Knight, siempre ha reconocido que al principio no le gustó su logo pero confió en la profesionalidad de la diseñadora Carolyn Davidson, por entonces aún una estudiante de diseño en la universidad de Portland, que fue la elegida para desarrollarlo: “No estoy enamorado del logo, pero me voy a acostumbrar”. Con ello demostró una madurez empresarial admirable. Y así fue; con el tiempo no solo le gustó a él, sino a prácticamente la totalidad de la humanidad. 

Y es que el gusto de cada cual, es el gusto de cada cual, y, aunque hay que llegar a un consenso entre las características imprescindibles que debe tener el logotipo y los gustos del fundador o gestor, esta pieza será un estandarte, una parte fundamental de la identidad visual que no debe verse perjudicada por subjetividades.

El diagnóstico de la Dra. Logo 

En nuestros talleres formativos sobre identidad visual corporativa, recomendamos hacer un poco de terapia para poder valorar con relativa objetividad la idoneidad de nuestro logo, sea ya una realidad o esté aún en fase de ideación: aplícale las siete reglas y analiza si las supera.

Si las supera, ya tienes mucho adelantado; te faltaría testar la efectividad, en qué medida representa adecuadamente tus valores, tu identidad corporativa.

Si no las supera, pues tampoco hay que venirse abajo. Si eliges el logo de una empresa de éxito y analizas cuántas de estas reglas cumple , ¿a que te salen más de cinco? Pues te sorprendería saber que muchas de esas marcas tan acertadas empezaron equivocándose por todo lo alto. Apple, Google y la propia Nike, tuvieron que pulir muchos errores antes de tener los estupendos logos que conocemos.

Entre nuestros clientes tenemos empresarios muy responsables que se plantearon estas cuestiones y nos encomendaron la renovación de su identidad visual corporativa. Es el caso del bufete Dexia Abogados y de Ángela Berzal, psicóloga y terapeuta. En ambos proyectos pudieron objetivar los favorables resultados de su inversión.

La Dra. Logo siempre recomienda echarle valor, aplicar las siete reglas a tu logo y sacar conclusiones. 

Y, ten muy presente, que después de todo este esfuerzo, el logo solo es el principio. “¿En serio?”, te preguntarás sobrecogido. Pues sí, esa es la realidad. Tras el logo vienen el resto de elementos imprescindibles para forjar tu identidad visual: las pautas de aplicación, el manual corporativo, el lema de marca… Pero eso, de nuevo, lo veremos en próximos artículos…

Créditos de las imágenes: 

Yizheng Duanmu

Pawel Czerwinski

Chelsea Ferenando

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